La práctica deportiva nos permite alcanzar y mantener un estado de forma acorde a unos cánones de salud que valoran las calorías consumidas, nuestros datos antropométricos o nuestras constantes fisiológicas, entre otros. Numerosos modelos han ido conformando un rompecabezas de fórmulas matemáticas que incorporan datos objetivos fácilmente cuantificables junto a constantes basadas en la percepción del propio usuario para tratar de establecer unos estados de tono físico, de fatiga, de carga de entrenamiento, etc., así como para tratar de predecir el comportamiento del deportista ante un prueba concreta. Modernos sensores incorporados a dispositivos de control con interfaces, cada vez más fiables y portables, ayudan a sustituir los factores subjetivos por ingentes cantidades de datos y señales medibles y tratables matemáticamente, cuya interpretación permitirá extraer información veraz y útil de cara a la optimización de la práctica deportiva. Estos equipos que, hasta hace poco, han estado restringidos al deporte de élite, afrontan una etapa de expansión hacia el usuario doméstico con la incorporación de los wearables, la sincronización GPS y una suerte de interfaces que establecen tareas de data mining, a modo de caja negra, arrojando un informe fácilmente entendible por el gran público.
Así, realizaremos un recorrido por los distintos modelos que han venido empleándose en los últimos tiempos para que el deportista aproveche el máximo de su potencial, desde las fórmulas más estocásticas hasta métodos más deterministas que requieren del análisis de datos procedentes de mediciones instantáneas.
Trabajo conjunto con Antonio Berrio López.
Fecha y hora: viernes 29 de julio a las 11:30.
Lugar: Auditori de l’edifici Vèrtex, Universitat Politècnica de Catalunya.